La meditación es un tema que atrae a muchas personas, despierta expectativa y porque no decirlo, curiosidad de intentar su práctica en algún momento.


Cuando pensamos en meditar y en la manera de llevarlo a cabo, partimos inevitablemente del concepto de qué es meditar. Para algunos, la meditación se asocia a estados de relajación física, emocional y mental. Para otros, la práctica de la meditación nos puede llevar a una elevación espiritual, la cual nos puede ayudar en nuestro desarrollo personal y crecimiento interior.

Podemos afirmar que existen muchos niveles de profundidad en la práctica de la meditación, y en los “estados” de ánimo y de conciencia que se pueden alcanzar.


Cuando hablamos de meditación nos vemos en la obligación de definir aspectos que se encuentran presentes en su práctica como es: la mente, el pensamiento, la conciencia, el ego, el subconsciente, etc.

Definamos los aspectos de la meditación

El subconsciente es obscuridad.


Es necesario entonces partir de una definición concreta.
La meditación desde la perspectiva del gnosticismo práctico, lleva al individuo a una interiorización en la que a través de la concentración de la atención dirigida hacia su interior, pueda penetrar en un “espacio” en el que normalmente reina las oscuridad del subconsciente.

Ese subconsciente, en la cotidianidad del día y en el silencio de la noche, nos tiene absorbidos. Esto da como resultado, que nuestra lucidez cognitiva, esa capacidad de percibir, de discernir e interpretar la realidad de lo que percibimos, sea difusa, intermitente, caótica.

En el subconsciente, se halla depositado la programación que recibimos de nuestros padres, y de la cultura a la que pertenecemos. Esto estructura nuestra identidad, e imprime una serie de valores en nuestra personalidad, que más tarde regirán y gobernarán nuestra vida.


En el subconsciente, se encuentran nuestros complejos, traumas, frustraciones, miedos, el concepto negativo o positivo que tenemos de nosotros mismos, etc. En el día a día, estos aspectos se manifiestan como limitantes para nuestro desarrollo personal, en el ámbito profesional, afectivo y espiritual.

La meditación como terapia

Necesitamos serenar la mente.


La meditación la presentamos como una herramienta psicológica, terapéutica y espiritual. La meditación nos aporta equilibrio psicológico y emocional.

Nos permite serenar la mente, ya que gran parte del sufrimiento humano se debe a que estamos sometidos al batallar incesante de pensamientos, compuestos de deseos, frustraciones, preocupaciones, fantasías, etc.

Muchas veces, bastaría con dejar de pensar, o NO IDENTIFICARNOS con esos pensamientos que se procesan independientemente de nuestra voluntad, para simplemente sentirnos bien y en armonía.


La meditación nos da la capacidad de entrar en contacto con una parte muy importante de nosotros mismos, la ESENCIA. Ésta es nuestra verdadera identidad; anterior al nacimiento de nuestro cuerpo, y que perdurará cuando el mismo perezca.

El contacto con nuestra Esencia como parte del Alma, nos traerá plenitud, sosiego y felicidad.

Dinámica de autoconocimiento

La Meditación permite el autoconocimiento


Nos da la posibilidad de entrar en una dinámica de AUTOCONOCIMIENTO. Por medio de la proyección de nuestra atención, bien dirigida hacia nuestro interior, podemos penetrar en el subconsciente. Así podemos ver el origen de muchos de nuestros problemas psicológicos, como por ejemplo: complejos, miedos, frustraciones, ira, celos, etc.

Una vez descubiertos y comprendidos, podemos eliminarlos. Como consecuencia, conseguiremos un cambio interior, que se reflejará en nuestro mundo; aportando armonía y solucionando conflictos.

Como decíamos líneas arriba, al hablar de meditación es necesario definir elementos que se encuentran implícitos en su práctica.


Uno de esos elementos es el concepto o idea de MENTE Y PENSAMIENTO.
La mente la podemos definir como un ESPACIO, que en el silencio y la receptividad, es capaz de captar las grandes VERDADES de un MULTIDIMENSIONAL UNIVERSO. En el silencio de la mente inspirada, podemos captar la REALIDAD DE NUESTRO SER.

Pensamientos y pensadores

Por qué llega un pensamiento?


Hoy en día, la mente humana está invadida constantemente de pensamientos, que como un molesto ruido de fondo, nos sumergen en estados psicológicos y emocionales negativos. Esto nos somete al desasosiego, la preocupación, el miedo, el estrés, etc.


El pensamiento en nuestra mente es emitido por un pensador. Cuando surge un pensamiento o cuando pensamos, siempre decimos, “estoy pensando”, creyendo que ese pensamiento somos nosotros. Pero si quisiéramos dejar de pensar, nos daríamos cuenta de que no podemos.

En la mente siempre hay pensadores, pensando independientemente de nuestra voluntad. Por lo que pudiendo evidenciar esa realidad, llegamos a la siguiente conclusión: si el pensamiento se procesa independientemente de mi voluntad, no tengo porqué sentir que ese pensador soy yo.

En la práctica de la meditación conseguimos ser capaces de no sólo observar serenamente los pensamientos, sino también al pensador. No debemos identificarnos con ese proceso que se desarrolla en nuestra mente.

La conciencia

La conciencia distingue el bien y el mal

Esta facultad la posee dentro de nosotros la CONCIENCIA.
La conciencia en términos gnósticos, es la manifestación de la Esencia, como parte del Alma. “Es una capacidad de aprehensión de conocimiento interior, independientemente de toda actividad mental” .

La conciencia nos aporta la capacidad de percibir la realidad sensorial y nuestro mundo interior. Nos permite ver los pensamientos y las emociones de una forma clara; y lo más importante, con una visión autocrítica de nosotros mismos. Esto nos permite darnos cuenta de nuestros defectos y virtudes.

La ciencia de la meditación y sus reglas

La Meditación es una ciencia milenaria, por lo que tiene su procedimiento, y sus reglas. Con una metodología de trabajo concreta, alcanzaremos resultados palpables.

Aconsejamos que antes de dedicar un tiempo a su práctica, es importante disponernos a vaciarnos de deseos y expectativas. Así evitamos frustraciones que llevarán al desánimo y al desinterés. En la práctica de la meditación entrarán en acción elementos que aún no tenemos desarrollados, como lo es el ejercicio de la “Atención Consciente”.

La Meditación se desarrolla en varias fases:

ASANA

Necesitamos comodidad para la meditación.

La Asana es una posición cómoda para relajar el cuerpo.
Existen muchas posturas provenientes de diferentes lugares. Tenemos por ejemplo, la típica posición de loto con las piernas cruzadas.

Al estilo zen, sentados en un banco de tal forma que las rodillas quedan flexionadas hacia dentro por debajo del banco, etc.

La Gnosis enseña que lo esencial de la asana es que logremos una postura cómoda, en la cual podamos estar un largo tiempo sin movernos. Necesitamos que el cuerpo no se incomode, por lo que podemos utilizar un cómodo sillón, o acostarnos boca arriba en la cama, o en una alfombrilla en el suelo.


Repetimos, lo esencial de la Asana es conseguir una postura cómoda para poder RELAJAR el cuerpo, y que esta relajación del cuerpo nos lleve a una lasitud física, mental y emocional.

RELAJACIÓN

Necesitamos relajación física y mental.

Una vez que hemos encontrado la postura más cómoda, debemos proceder a buscar la relajación.
Ésta es un estado de equilibrio, de armonía, de paz, en la que el cuerpo, mente y emociones, se serenan, donde cesan los conflictos, la angustia, el desasosiego y reina la calma y la serenidad.


Con esto podemos deducir, que conseguir una buena relajación es vital para poder ir “mas allá”.
Existen muchas técnicas para alcanzar una buena relajación, la mayoría se relacionan con el ejercicio de un tipo de respiración concreta.

Otras técnicas combinan la respiración con el uso de Mantrams. Los mantrams son una combinación de sonidos que producen un efecto positivo en el cuerpo y en el estado de ánimo. Un ejemplo de esto es el mantram OM.

En otras técnicas se utiliza la visualización, que es el ejercicio de la imaginación positivamente orientada, para alcanzar la relajación.

En la Gnosis tenemos un amplio espectro de prácticas y orientaciones concernientes a la relajación y la meditación.
Muchas personas al llegar a la relajación creen que han alcanzado el estado de meditación, pero no es así, es importante, pero no es el fin, sino un medio.

CONCENTRACIÓN

Concentración

La concentración es un estado intermedio entre la relajación y el estado psicológico de la meditación.
La concentración debe estar presente desde el inicio de la práctica hasta el final.
Es la capacidad de fijar nuestra atención en una sola cosa y mantenernos concentrados en eso.


El funcionamiento común de la mente en cualquier persona es emitir pensamientos, imágenes, recuerdos y fantasías en todo momento, llevándonos a revivir el pasado o viviendo un futuro que no existe. En ese proceso mental nuestra atención está fraccionada en múltiples direcciones, sumergiéndonos en el subconsciente, donde perdemos la noción de nosotros mismos, del cuerpo y del entorno.

La concentración nos permite tomar el control de la atención, y dirigirla inteligentemente.
Hay muchas prácticas de concentración, una de ellas es tomar conciencia de algún sentido sensorial, por ejemplo el sentido auditivo, tratando de mantener la concentración en todos los sonidos que seamos capaces de percibir.

Otra manera de concentrarnos es tomando conciencia y control de la respiración.
El estado ideal de concentración que nos llevará a experimentar la meditación en sí misma, es mantener la concentración en todos los sentidos sensoriales; a la vez que tratamos de mantener una auto-observación serena, sin identificarnos con nuestra mente y estado emocional.

MEDITACIÓN

La meditación nos da iluminación.

La meditación es un estado de conciencia, en el que la mente se serena. Adquirimos una posición psicológica de receptividad, de contemplación. Ayudados por la atención consciente, penetramos en nuestro mundo interior. En niveles más profundos, tenemos la capacidad de experimentar cosas que están más allá del pensamiento. Experimentamos la evidencia de nuestra Esencia y de nuestro Ser.


Las personas que se han tomado muy en serio la práctica de la meditación, se han forjado una férrea disciplina. Con la continuidad de propósitos, llegan a experimentar lo que se conoce como SAMADHI, VACÍO ILUMINADOR, o ÉXTASIS.

La conciencia en esos momentos experimenta la unidad de la vida, se diluye en todo lo que ha sido, en todo lo que es y en todo lo que será. Es la montaña, es el mar, es todos los seres, siente a cada uno de ellos. La perspectiva de la vida y su sentido cambian radicalmente, tomando la vida como una escuela.

Beneficios de la meditación


Está claro que antes de experimentar esos niveles de meditación, la persona que la practica diariamente, consigue resultados positivos en su vida cotidiana.
Alguno de estos beneficios son: mayor lucidez mental, mayor capacidad de concentración, aumenta la armonía interior… Los conflictos y problemas no nos afectan tanto, se reducen los niveles de estrés. Vivimos más conscientes, por lo que percibimos más detalles del entorno y de nosotros mismos. Afloran estados de reflexión y de inspiración, que nos elevan anímica y espiritualmente. Bueno, los beneficios son realmente interminables.

Atento lector, le animo a profundizar en estos temas y en muchos más, que la cultura Gnóstica ofrece como posibilidad, para elevar nuestras capacidades y talentos innatos.

Uriel Ortiz.

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