Centro Intelectual:
El hombre no sabe hacer uso de su centro intelectual porque lo pone al servicio de las teorías inconscientes, almacena en él todo el contenido de muchas bibliotecas. Crea sus propias ideas y conceptos que lo hacen terco y caprichoso ante la realidad que él mismo desconoce. El centro intelectual, que domina a la mayoría de la humanidad, atrofia la puerta a la lucidez intelectual y produce escepticismo.
Todo el trabajo del centro intelectual se divide en dos partes: afirmación y negación; si y no; tesis y antítesis.
Centro Emocional:
Las personas gastan torpemente su energía emocional mirando películas de aventuras, novelas de la TV, leyendo revistas sin importancia educativa o literaria, con los pasquines de historias absurdas, etc. Estalla en explosiones de júbilo o desesperación cuando su equipo va ganando o perdiendo la contienda. Quema energía para que su equipo favorito gane, su ciclista preferido, su atleta preferido.
La humanidad está tan acostumbrada al gasto de energías en emociones negativas que cuando la película no es de terror, de miedo, de aventuras diabólicas, etc., no le gusta el espectáculo, se aburre y hasta se duerme.
Las emociones desagradables, tales como las producidas por los celos, la envidia, la cólera, la irritabilidad, el miedo, la tristeza, son negativas totalmente.
Indubitablemente, la transformación del centro emocional Inferior está íntimamente relacionada con la no expresión de las emociones negativas. Cuando cometemos el error de olvidarnos de nosotros mismos e identificarnos con el mundo de los sentidos, tales emociones se crean en el plexo solar.
La Autognosis, el autoconocimiento, enseña la necesidad de aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes. Los centros superiores siempre nos auxilian en el proceso de la transformación.
Cuando más difícil sean las circunstancias, los eventos, los dramas, las escenas, las comedias del diario vivir, mayores son las posibilidades de trabajar sobre sí mismo. No se trata de luchar contra las emociones negativas, la lucha intelectual, el análisis a nada conduce puesto que el centro emocional es sesenta mil veces más rápido que el centro intelectual.
Centro Motor:
Llamado también del movimiento, se utiliza comúnmente en forma negativa con los deportes brutales, en los que se pone en juego la misma vida de quienes lo practican, por ej. el boxeo, las carreras de coches, motos, bicicletas, deportes extremos, etc.
Por ejemplo, un ciclista que empieza a correr a los dieciocho años; a los treinta ya ha corrido toda una vida, ha gastado una enorme cantidad de energía de reserva a través de este centro. Pronto empieza la vida a cobrarle el desequilibrio de este centro.
Todo lo que hacemos en la vida debe ser hecho con método, en forma equilibrada, sin identificación, para no malgastar nuestras energías.
Necesitamos auto-descubrirnos y comprender a fondo nuestros hábitos, no debemos permitir que nuestra vida se siga desenvolviendo mecánicamente. Necesitamos auto-observarnos en la manera de hablar, vestir, andar, etc. Los hábitos pertenecen al centro del movimiento.
Centro Instintivo:
Este centro puede convertirnos en santurrones o en verdaderas bestias humanas.
El instinto nos puede llevar a convertirnos en salvajes al reaccionar en forma iracunda, ciegos hiriendo a nuestro prójimo, con palabras, con hechos instintivos, brutales que más tarde la conciencia rechaza por medio del remordimiento.
Este centro es el ladrón de energía porque en las explosiones de ira quemamos billonadas de átomos foháticos que restan a nuestra salud.
Todo esto sucede por la forma negativa en que este centro se encuentra trabajando en nosotros. Necesitamos cambiar estos actos negativos dándole a este centro el uso debido tales como: el amor, la sinceridad, la dulzura, la piedad, etc.
A una explosión de ira combatirla con la comprensión, al odio se combate con amor, etc.
Centro Sexual:
El hombre común y corriente es por naturaleza obediente a las influencias negativas del sexo. Este es el centro creador de todas las especies, incluyendo la humana, que inconscientemente hace mal uso de él.
En todas las especies el macho es el más bello, corpulento, hermoso, menos en el hombre, por la degeneración sexual en la cual ha caído.
El sexo es la bodega energética de nuestro organismo. Cuando la bodega se agota devienen las enfermedades orgánicas, la incapacidad mental, sexual y física, la decrepitud y la muerte.
El centro sexual cumple la misión de repartir la energía absorbida del Cosmos y los alimentos, a los demás centros.
En el centro Sexual se encuentra el mayor poder que puede liberar o esclavizar al hombre. La Psicología Gnóstica ubica el centro de gravedad del Sexo sobre los órganos genitales.
El sexo es el punto donde se produce el Hidrógeno Sexual Si-12, que sirve de base para la creación de los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.
El miedo y el odio al sexo, el homosexualismo, el lesbianismo, las drogas, la masturbación, el celibato, la prostitución, las películas pornográficas, destruyen el Hidrógeno Sexual Si-12 y le devuelven al centro sexual una energía inadecuada para su funcionamiento.
La parte que más se manifiesta en los centros es negativa, por efecto de los Yoes que tienen atrapada la Esencia. Debemos liberar la Esencia con la disolución del Ego para lograr el armonioso equilibrio de nuestros cinco centros.