El Yo Psicológico

“El yo psicológico o ego es un manojo de vicios, errores, defectos, etc.. que en nuestro interior cargamos.”
También se los conoce como: los demonios rojos de Seth, agregados psíquicos, la Hidra de Lerna, las 7 cabezas de legión, los 7 pecados capitales…

El yo psicológico es un manojo de vicios, errores, defectos. Las religiones los llaman pecados. El yo psicológico está conformado por millones de yoes y todos viven dentro de nuestra psiquis, embotellando y robando nuestra conciencia, alimentándose de nuestra vida y de nuestra energía.

A esa gran familia del yo psicológico nosotros le llamamos “yoes”, porque así es como los conocemos en la vida diaria: yo odio, yo robo, yo mato, yo tengo pereza, yo ambiciono, yo miento, yo celo, yo envidio, yo me emborracho, yo blasfemo, yo calumnio, yo fornico, yo enamoro, etc., etc., etc.

Presentada la familia del yo psicológico, vemos que sus miembros son muchos, cada yo es una faceta de nosotros mismos.

Un ejemplo: el “yo de la pereza”.

Este es uno de los miembros más famoso de la familia del yo psicológico. Cuando él habla todos los demás yoes bajan la voz, le tienen gran respeto y aprecio.

Pero dejemos que este canoso y respetable viejo se presente él mismo:

Tengo mucho gusto en presentarme.  La verdad es que yo ya los conozco a todos ustedes, y ¿ustedes, me conocen a mí? Veamos: A las cinco suena vuestro despertador y yo les digo: tranquilos que hay tiempo y te hace daño madrugar tanto, aunque las prácticas gnósticas son muy buenas, está haciendo frío y te resfriarás si te bañas, además hay más tiempo que vida, por lo tanto, no te afanes. Vive este momento, mira qué deliciosas son las mantas.

A las seis te llaman y sé convencerte con argumentos aún más sutiles. Y tú me obedeces. Es que soy tu mejor amigo. Te doy descanso, reposo y ocio; y sobre mí, sobre lo que he hecho se acuestan mis hijos, tus YOES: tus vicios, tus defectos.

Siempre que quieres aprender algo te muestro que no te conviene gastar tu vida en estos proyectos. Te domino en todas tus funciones: pensamiento, movimiento, acción, etc. Mis hermanos ya son viejos, ellos se llaman: Yo fornico, Yo tengo ira, Yo soy egoísta, etc. etc. Pero yo los vi nacer a todos ellos.  Yo soy el mayor y me tocó llevarlos a la escuela.

Soy el más solapado y sé disfrazarme muy bien de dirigente, de líder, de emprendedor, de activo y me gusta dar buenos consejos para que otros trabajen. En fin, ya me está dando pereza, voy a conseguir quien les siga contando mi historia, porque YO TENGO MUCHA PEREZA. Pero si me quieren conocer más a fondo, llévenme la contraria, tenéis toda una vida para conocerme. Luchen conmigo y verán que les sé dar miedo para que no practiquen.

Les voy a dar una oportunidad de que conozcan algunas de mis manifestaciones. Yo no quiero que me eliminen, porque si no ¿Cómo van a descansar? sin mí ustedes no son nada, pero les enseñaré mis trucos, bueno no todos, pero algo es algo y con esto creo que sigo colaborando con ustedes.  Encuéntrenme, si pueden, me aparezco siempre en:

Impuntualidad…………… Tardanza, lentitud
Ociosidad…………………. Murmuración, Degeneración
Inconstancia…………….. No perseverar.
Cansancio………………… Apoyarse en mostradores o paredes.
Desaliño, dejadez…….. Mala forma de vestir.
Impaciencia……………… Hacer las cosas con apuro.
Pesimismo……………….. Pensar que todo sale mal y no luchar.
Pereza de leer…………… Si no se lee no se aprende.
Postura…………………….. Pararse, sentarse mal.
Repetir……………………… No tener iniciativa para crear hechos nuevos.
Falta de caridad……….. No querer ayudar.
Autocompasión……….. Considerarse un inválido.
Comodidad………………. Ir en ascensor al 1er piso.
Pesadez…………………… Arrastrar los zapatos al caminar.

 

Estudio del Yo Psicológico

El Ego o Yo psicológico, es el mismo subconsciente del cual hablan los tratadistas modernos. Nos referimos concretamente al Yo Psicológico o yoes, mí mismo, sí mismo, cuyo conjunto forma lo que en psicología se conoce con el nombre de Ego, del latín ego, que quiere decir Yo.

La conciencia, mientras esté embotellada por el ego, no puede despertar. Así que nos atrevemos a decir, que la humanidad actual tiene la conciencia dormida y maneja una muy baja proporción de conciencia. De hecho, se ha confundido el intelecto con la conciencia.

En cinta sucesiva, los yoes pasan en orden sucesivo por la pantalla de la vida, para representar su papel en el drama doloroso de la existencia. Cada Yo de la trágica cinta tiene su mente propia y sus ideas, y criterio propio, lo que a un Yo le gusta a otro Yo le disgusta.

En materia de Psicología debemos hacer una diferenciación entre el Yo y el Ser. El Yo no es el Ser, ni el Ser es el Yo. No todo el mundo dice: mi Ser, piensa en su Ser, pero no sabe qué cosa es el Ser y lo confunde con el Yo. Sólo el Ser puede hacer y el hombre máquina, el pobre animal intelectual, no es capaz de hacer nada, todo le sucede, es un simple juguete mecánico movido por fuerzas que desconoce.

Nos pegan y reaccionamos pegando, nos acosan por el pago del alquiler de la casa y reaccionamos buscando dinero con ansiedad, alguien nos hiere el amor propio y reaccionamos cometiendo locura, etc.

A medida que se desarrolla la personalidad en el niño, empieza a manifestarse a través de ella el Ego o Yo Psicológico, el cual constituye una segunda naturaleza, de tipo inferior y animalesca en nosotros.

Nos pegan y reaccionamos pegando, nos acosan por el pago del alquiler de la casa y reaccionamos buscando dinero con ansiedad, alguien nos hiere el amor propio y reaccionamos cometiendo locura, etc.

Esos son los “Demonios Rojos de Seth” citados por el Libro de los Muertos del antiguo Egipto.

La presencia en nuestra psiquis de esta multiplicidad egoica, es lo que determina la falta de individualidad e integridad del hombre máquina. Por tal razón, no existe una voluntad única en el individuo, sino múltiples voluntades diferentes y contradictorias entre sí.

Debido a esta constitución egoica, el humanoide nada puede hacer, todo le sucede mecánicamente a través de los diferentes yoes.

Una vez desarrollada la personalidad, queda totalmente al servicio del Yo Psicológico.

El Yo Psicológico es un obstáculo para que el hombre sea realmente consciente, ya que, al mantener a la Conciencia fraccionada, embotellada, nos somete a un 97% de sueño.

Es urgente que eliminemos el ego. Para esto debemos empezar por auto-observarnos.

 

Agregados Psicológicos de más exteriorización

El Yo Psicológico es conocido también como pecado. Pecado es una transgresión a la Ley de Dios.

Los llamados Siete Pecados Capitales, son cabeza de muchos otros:

Vamos a estudiar más detenidamente el proceso a través del cual el ego nos hace caer en el sueño de la conciencia:

    • IRA
    • CODICIA
    • LUJURIA
    • ENVIDIA
    • GULA
    • ORGULLO
    • PEREZA

A estos los debemos transformar en virtudes (sabiduría y amor). Entonces, a la:

IRA la convertiremos en PAZ
LUJURIA en CASTIDAD
CODICIA en CARIDAD
ENVIDIA en ALEGRÍA POR EL BIEN AJENO
GULA en TEMPLANZA
ORGULLO en HUMILDAD
PEREZA en DILIGENCIA

El Yo Pluralizado gasta torpemente nuestra energía en explosiones atómicas de envidia, codicia, odio, celos, fornicaciones, apegos, vanidades, etc.

Conforme el Yo pluralizado va muriendo de instante en instante, el material psíquico se va acumulando dentro de nosotros mismos.

El Ego se alimenta de las bajas pasiones, se nutre de nuestros bajos deseos, pasiones morbosas, fornicación, adulterio, etc.

Las diversas entidades que constituyen el Yo Pluralizado se asocian, se disocian, forman ciertos grupos especiales de acuerdo con sus afinidades, riñen entre sí, se desconocen.

 

La Auto-Observación

Para observarnos a nosotros mismos, debemos dividir la atención en una parte que observa y otra que es observada.

Cuando la parte que observa ve las ridiculeces de la parte observada, hay posibilidades de descubrir, por ejemplo, el “yo” de la ira, que ese “yo” no somos nosotros, y podríamos exclamar:

“El yo tiene ira, ese es un yo que debe morir, voy a trabajarlo para desintegrarlo.”

Pero si uno se identifica con él y dice: “Yo tengo ira, yo estoy furioso”, entonces cobra más fuerza, se hace cada vez más vigoroso y entonces… ¿Cómo lo vamos a disolver?

 

El proceso de eliminación

El objeto de la auto observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover un cambio verdadero, efectivo. Una vez que nos hemos puesto, dijéramos, diestros en la observación de sí mismos, entonces viene el proceso de la eliminación.

De manera que hay propiamente tres pasos en esta cuestión:

    • Primero: El descubrimiento del ego a través de la auto-observación.
    • Segundo: El análisis, comprensión y enjuiciamiento del mismo.
    • Tercero: La eliminación de tal o cual “yo Psicológico”.

A manera de ejemplo, citemos un caso concreto: La lujuria.

Ante una persona del sexo opuesto, un Yo lujurioso o donjuanesco:

    • En la mente puede manifestarse con pensamientos constantes.
    • Podría manifestarse en el corazón como un afecto, como un amor aparentemente puro, libre de toda mancha, hasta tal grado, que podría uno justificarse y decir: “Pero bueno, yo no siento lujuria por esa persona, yo lo que estoy sintiendo es amor”.
    • Pero si uno es observador, si le pone mucho cuidado y observa su centro sexual, viene a descubrir que en dicha zona hay cierta excitación ante esa persona; entonces viene a quedar evidenciado que tal vez no haya tal afecto, sino que lo que hay es lujuria, que suele confundirse con el Amor…

Pero vean cuán fino es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse en el corazón con el amor, y escribir versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada.

Cuando el yo ha sido eliminado, la conciencia que estaba embutida, embotellada dentro del mismo queda liberada. De esta manera, hemos conquistado un porcentaje de nuestra Luz interior.

Así debe procederse con cada uno de los yoes de la legión.