El Nivel del Ser

“Nuestro nivel de ser está determinado por el estado interior de nuestra conciencia. Podemos imaginarnos una escalera con muchísimos peldaños, que se extienden de abajo hacia arriba. Dichos peldaños representan los distintos niveles del Ser. Al final de la escalera, en el extremo superior, se encuentra nuestro Real Ser.
Nosotros nos encontramos en algún escalón de estos”

Para saber qué es realmente el Ser, es necesario encarnarlo, ya que el Ser es indefinible y por lo tanto con la mente jamás podríamos llegar a vivenciar a nuestro Real Ser. El Ser es nuestro Padre que está en secreto. El Ser es nuestro Íntimo. El Ser es Dios dentro del hombre.

En el interior de cada uno de nosotros llevamos un Ser que nos instruye, que nos enseña, pero si nosotros no estamos dispuestos a aprender de Él, pasa la vida y sólo nos llevamos un manojo de experiencias adquiridas en la Tierra.

Nuestro Ser interior dispone de una inteligencia y una intuición para que a través de ella interpretemos las enseñanzas y las corazonadas que vienen de adentro. El Ser enseña con mensajes simples y sencillos, con corazonadas.

 

La escalera maravillosa

Podemos imaginarnos una escalera con muchísimos peldaños, que se extienden de abajo hacia arriba. Debido a que cada persona es diferente en el aspecto moral, espiritual, psicológico, etc., escalones abajo habrá gente con niveles del Ser inferiores, y escalones arriba se encontrarán personas con niveles del Ser superiores que nosotros.

Así como en nuestra sociedad existen diferentes niveles sociales, así también existen distintos niveles del Ser. Lo que internamente somos, espléndidos o mezquinos, generosos o tacaños, violentos o apacibles, castos o lujuriosos, borrachos o abstemios, drogadictos, codiciosos, envidiosos, orgullosos, perezosos, golosos, etc., todo eso es lo que determina nuestro nivel del Ser.

Ahora no estamos hablando de caras feas o bonitas; ni tampoco se trata de cuestión de edades. Hay gente joven y vieja, ancianos que ya están para morir y niños recién nacidos.

La cuestión del tiempo y de los años; eso de nacer, crecer, desarrollarse, casarse, reproducirse, envejecer y morir, es exclusivo de la horizontal.

La esperanza mecánica de la gente no sirve para nada; creen que con el tiempo las cosas serán mejores; así pensaban nuestros abuelos y bisabuelos; los hechos precisamente han venido a demostrar lo contrario.

El “Nivel de Ser ” es lo que cuenta y esto es Vertical; nos hallamos en un escalón, pero podemos subir a otro escalón… Un “Nivel de Ser” más alto está inmediatamente por encima de nosotros de instante en instante. No está en ningún remoto futuro horizontal, sino aquí y ahora; dentro de nosotros mismos.

No está de más sentar lo siguiente: Títulos, grados, ascensos, etc., en el mundo físico exterior, en modo alguno originarían exaltación auténtica, paso a un escalón superior en los “Niveles del Ser”.

  

La Cruz horizontal y vertical

¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos? ¿Para qué vivimos? ¿Por qué vivimos?

Lo peor de todo es la situación tan difícil y extraña en que nos encontramos; ignoramos el secreto de todas nuestras tragedias y sin embargo estamos convencidos de que lo sabemos todo.

Lo que internamente somos: espléndidos o mezquinos, generosos o tacaños, violentos o apacibles, castos o lujuriosos, atrae las diversas circunstancias de la vida.

Un lujurioso atraerá siempre escenas, dramas y hasta tragedias de lascivia en las que se verá metido. Un borracho atraerá a los borrachos y se verá metido siempre en bares y cantinas, eso es obvio.

Mientras el nivel de Ser no cambie radicalmente, continuará la repetición de todas nuestras miserias, escenas, desgracias e infortunios. Incuestionablemente en modo alguno sería posible eliminar errores desconocidos, urge observar previamente aquello que queremos separar de nuestra psiquis.

No es posible cambio alguno en nuestra psiquis, sin observación directa de todo este conjunto de factores subjetivos que llevamos dentro. Hablando francamente podemos aseverar lo siguiente: ningún Ser humano podría hacer este trabajo por nosotros.

Admitir la pluralidad del “Yo” y evidenciarla mediante la observación rigurosa, son dos aspectos diferentes. Alguien puede aceptar la doctrina de los muchos yoes sin haberlo jamás evidenciado. Alguien podría decir: “Sé que no soy uno, sino muchos, la Gnosis me lo ha enseñado”. Tal afirmación, aunque fuese muy sincera, si no existiera plena experiencia vivida sobre ese aspecto, obviamente sería meramente externa y superficial.

Evidenciar, experimentar y comprender es lo fundamental, sólo así es posible trabajar conscientemente para lograr un cambio radical.

Con justa razón podemos aseverar que lo exterior es el reflejo de lo interior. Cuando uno cambia interiormente y tal cambio es radical, lo exterior, las circunstancias, la vida, cambian también.