“La Salud no lo es todo, pero sin ella, todo lo demás es nada”. Con este pensamiento del célebre filósofo Schopenhauer, queremos empezar este artículo dedicado a la salud. No está de más decir que esta frase pertenece a un axioma de la sabiduría antigua que necesitamos conocer y estudiar.
Cuenta la historia que en la época de la Antigua Grecia, un ciudadano enfermo era considerado indigno e irresponsable y no como un ciudadano ejemplar. Hoy, siglos después, observamos todo lo contrario, el ciudadano saludable y ejemplar es considerado raro y excepcional y lo más habitual es encontrar personas con problemas de salud.
Teniendo en cuenta los adelantos actuales de la medicina alopática y los esfuerzos económicos y humanos por sostener la salud, vemos que la enfermedad, el dolor y el desequilibrio, siguen existiendo en todo el mundo, y lo peor de todo, van aumentando.
Dice un sabio médico de la medicina natural: “Personas con marcapasos, ojos de cristal, piernas ortopédicas… ¿Adelantos de la ciencia o retroceso de la salud?”
Solo valoramos la salud cuando la perdemos
Sin lugar a dudas todos queremos estar sanos y por eso buscamos los remedios necesarios cuando enfermamos, porque como bien sabes, querido lector, cuando más se valora la salud es cuando se pierde. Hasta ese punto tenemos que llegar a veces para hacer conciencia del valor real de la vida. Imagínate… Y disculpa el ejemplo, pero ¿cuánto vale una mano? ¿Cuánto vale poder ver? ¿Y caminar?
Así mismo ocurre con la salud: mientras estamos sanos, enérgicos, llenos de vida, hacemos cualquier cosa sin pensar en las consecuencias que puede ocasionar al organismo (nos referimos a un desequilibrio mantenido durante un tiempo).
Como parece que no nos afecta, seguimos en la misma línea. Cuando caemos enfermos, entonces nos planteamos muchas cosas; reflexionamos sobre la vida, inclusive sobre nosotros mismos, y tomamos la resolución de no volverlo hacer.
Nos viene a la memoria un célebre pensamiento de Confucio que puede aclarar mejor lo que estamos diciendo: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes”.
Si cumplimos con nosotros mismos y nos damos a la tarea de no volver a repetir el mismo error, quedará en nosotros la sabiduría, la experiencia, y pertenecerá a un pasado que en ocasiones no queremos recodar y mucho menos repetir.
Hay que mantener la salud
Sin embargo, si seguimos en lo mismo, todo será igual que antes, pero repitiéndose en niveles más bajos, más graves, pudiéndose llegar a perder la vida antes de tiempo.
La salud es un tesoro, y bien merece la pena luchar por ella. Que un día caemos enfermos, claro hay que buscar el remedio, pero no nos acostumbremos a llevar dietas, ejercicios, purgas, etc. solo cuando el médico experto nos lo recete, nos lo imponga.
Hay que mantener la salud antes de caer enfermos.“Que tu alimento sea tu medicina, que tu medicina sea tu alimento”.
Para ello nosotros queremos exhortarte, querido lector, a que seas tu propio médico, a que pongas en práctica los recursos que nos da la vida para mantener la salud, recursos inagotables en los que encontramos verdaderas terapias para mantener el bienestar, el entusiasmo, la alegría y la felicidad.
El aire
“El aire puro es el primer alimento y el primer medicamento”. Siempre que nos acordemos debemos respirar a pulmón lleno. Esta forma de respirar es conocida como respiración completa, los niños recién nacidos respiran así. Es necesario mover el estómago o barriga hacia adelante cuando inhalamos completamente. A mayor oxígeno en el cuerpo más energía. Un cuerpo oxigenado funciona de maravilla: buena memoria, buenas digestiones, buen descanso y muchas enfermedades no pueden desarrollarse tan fácilmente, como por ejemplo el cáncer. Se debe respirar siempre por la nariz y con la boca cerrada (cuando corremos es diferente), y también dormir con ventana abierta aún en invierno (en este caso con la debida precaución).
El agua
Sin comer se puede vivir algunos meses, sin respirar minutos y sin agua varios días. Es claro que el agua es fuente de vida e indispensable para la vida en todos los reinos. Los dos aspectos más destacados de esta terapia son: la ducha de agua fría y beber al menos 1,5 litros al día. La ducha debe realizarse por la mañana, preferiblemente al salir de la cama. El cuerpo debe de estar caliente, sobre todo las extremidades (manos, pies y orejas). El resultado final es producir reacción de calor sacando la fiebre interna. Se debe de provocar calor después de la ducha.
El sol
Vivir con ropa holgada, con ventanas que dejen pasar la luz del astro rey: el sol. Sin la luz del sol no habría vida en el planeta. Podemos tener mucho dinero, podemos estar atareados día tras día en nuestros negocios, en nuestros propios problemas, pero si el sol no apareciera una mañana por el oriente, estaríamos perdidos. La luz y el calor animan la vida en su crecimiento.
La tierra
En este caso queremos dar dos reglas sencillas. La primera, andar descalzos sobre la tierra preferiblemente después de la comida principal, así nos descargamos, y al ponernos en contacto con la tierra nos magnetizamos y nos relajamos. La práctica de andar descalzos sobre la tierra cada vez que se pueda nos ayuda a relajarnos y eliminar tensiones. La otra la práctica es con el barro. El uso de cataplasmas externas y su uso interior nos limpia, nos desintoxican. También enterrarse bajo la arena durante media hora.
La alimentación
Este punto es muy amplio, pero nos vamos a limitar a nombrar lo que no se debe comer y lo que sí:
- Alimentos perjudiciales: enlatados, carne de cerdo, azúcar refinado, harinas blancas, gaseosas, alcohol, alimentos incompatibles, alimentos transgénicos, etc.
- Alimentos saludables: todo lo integral, germinados, verduras frescas, frutas frescas, agua pura, frutos secos, semillas, miel de abejas, yogurt o kefir, legumbres, pescado, huevos frescos (no de granjas), etc.
- Complementos: carne de ternera, pollo o cordero (una vez a la semana), germen de trigo, levadura de cerveza, polen de abeja, lecitina de soja, complementos minerales, etc.
Hay que evitar el estreñimiento.
El ejercicio
El exceso de ejercicio es perjudicial, pero la vida sedentaria también lo es. Realmente el cuerpo está hecho para moverse, y a través del movimiento logra mantenerse dinámico, flexible y con facilidad de expulsar las toxinas.
Acordémonos que después de una comida copiosa, si nos acostamos a dormir, se produce pesadez, acidez, desequilibrios digestivos. Sin embargo, esa misma comida llevada al terreno práctico del ejercicio, no nos afecta, se pasa la digestión mucho mejor. Correr, nadar, caminar, montar en bicicleta, senderismo, ejercicios prácticos combinados con respiraciones, etc. son verdaderas terapias para vivir sano. Si hacemos un poco de ejercicio antes de irnos a descansar el resultado es maravilloso.
Las plantas
El arte de preparar tisanas, té o infusiones es una verdadera magia. La medicina química debe de utilizarse en caso muy necesario pero las plantas son verdaderos médicos que nos curan, nos alivian y nos ayudan a mantener la salud. El hábito saludable de prepararnos infusiones de plantas cada día resulta formidable para el bienestar interior.
Esto en la sabíduría gnóstica se conoce como elementoterapia. Citamos las plantas principales: ajenjo, ruda, salvia, artemisa, romero, tomillo, hierbabuena, menta y boldo. Es necesario añadir que no se deben endulzar con azúcar blanca o refinada. Se debe utilizar únicamente la miel o el azúcar integral de caña.
Finalmente agradecemos a los editores de la web por invitarnos a participar en ella con este artículo, que no tiene más intención que animar al lector a interesarse por la vida natural, para mantener la salud y los beneficios que nos aporta. Que tengas muchos éxitos en la vida, que la paz siempre te acompañe.
Jorge Bárcena Plaza
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