El padre de familia debería hacer una revisión de la conducta que tiene frente a sus hijos y frente a la sociedad. Sus hechos y sus procedimientos se deben ajustar a las necesidades y a la obligación que tienen con su familia.
La familia tiene un cincuenta por ciento en la educación y ejemplo que reciben los hijos en sus hogares. El otro cincuenta por ciento lo reciben de sus educadores y de la sociedad.
Si el padre de familia con su ejemplo no le dan a sus hijos esa educación y esa formación física, mental y espiritual, esos hijos van a llegar a compenetrarse con una sociedad la cual tiene múltiples fallas en lo físico, en lo mental y en lo espiritual y, debido a la falta de preparación e inmadurez, estos hijos van a seguir caminos equivocados. Siempre serán víctimas, de las falsas promesas y de los engaños de las personas con las cuales se van a relacionar.
Un padre de familia no le debe mentir a sus hijos; debe enseñarles a tener fe en si mismos sin infundirles ninguna creencia ni fanatismos. Debe enseñarles que hay un Ser Supremo que ha dado Leyes que nosotros debemos cumplir.
Enseñarles que cada ser humano es un mundo diferente al nuestro, por lo cual no debemos imitarlo; ni por conducta gregaria, hacer lo que él hace.
«UN EJEMPLO BUENO HAY QUE SEGUIRLO, PERO UN EJEMPLO MALO NO HAY QUE IMITARLO».
El padre de familia debe comprender que la enseñanza y el ejemplo que un niño recibe en sus primeros años de vida, priva sobre el resto de su vida.
Un niño que se levanta viendo que su padre es un borracho, un fumador, un maldiciente que da malos tratos a su esposa y a sus hijos, que es mentiroso, ese niño lleva en su mente y en su psiquis un comportamiento similar. Cuando él sea adulto, ¿Qué le podemos exigir?
Cuando un hombre y una mujer asumen la responsabilidad de tener y educar hijos deben pensarlo muy bien, si es que en realidad aspiramos a que este mundo mejore.
Las gentes creen que un delincuente se forma en la calle y no desmentimos este hecho; pero el germen de la delincuencia tiene dos orígenes:
El primero de vidas pasadas; un Ego que retorna, y el segundo, el ejemplo que en su hogar recibe de sus padres, de sus hermanos y de las personas que tiene a su alrededor.
Los hijos deben estar bajo la protección y calor de los padres en sus primeros años de vida. Eso hará que ellos, al crecer, asuman la misma responsabilidad que tuvieron para con ellos.
La ciencia ya sabe que la genética actúa en la mente y en la psiquis de los descendientes. También ya sabe que en una célula del cuerpo de una persona están las características de la misma.
Esto nos hace entender que una persona que se propone realizar una regeneración mediante un cambio radical en su vida, en su mente y en su psiquis, actúa desde la parte más microscópica del cuerpo físico.
Como resultado, ese hombre o mujer tiene una forma muy diferente a los demás de pensar, de sentir y por ende de actuar.
El padre de familia debe preocuparse cada día mas por la educación de sus hijos. Vemos sin embargo, en la sociedad, niños que se convierten en hombres y mujeres inseguros, incapaces de enfrentarse solos a la vida.
Los padres a menudo creen que es mas importante darles toda clase de comodidades, pero la educación y el ejemplo que se les da no se ajusta a la necesidad que un hombre tiene para ser un buen ciudadano.
No olvide, querido lector, que la mejor forma de enseñar es: EL EJEMPLO.
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