En esta era de las comunicaciones, los malos entendidos, desacuerdos e incomprensiones están a la orden del día. Todo ello podría evitarse mejorando la forma y la calidad de la comunicación. Se trata de observarse a sí mismo y ver desde que ángulo nos estamos dirigiendo a los demás.
Tenemos algo que decir… ¿Lo decimos con palabras hirientes?, ¿con prejuicios?, ¿o nos quedamos callados para no enfrentarnos a los demás?, ¿qué hacer? Respuesta: hablar si….pero ¿de qué forma?.
Podemos decir que la comunicación eficaz es un arte, una habilidad de expresarse de forma amable, franca, honesta, abierta y directa para decir lo que se quiera sin atentar contra los demás. Si una persona se expresa con un gesto no amigable, una forma de pensar desconfiada, o una emoción inferior, está comunicando con el Ego (defecto psicológico: ira, envidia, celos, etc.) e indubitablemente el desencuentro será seguro.
Si hablar va a empeorar la relación, mejor me callo y espero el momento propicio para hacerlo de otra forma, de la mejor manera posible, sin ofender o herir a la otra persona (sin tocarle los agregados psicológicos o egos) ¿Por qué? Porque si no lo hago así voy a mancillarlo, y de lo que se trata es de estimular, motivar los valores positivos de la persona (de su esencia, de su Ser).
No tengas una comunicación con palabras hirientes
Recuerda que cada quien le da el valor que quiere a las palabras. Si alguien se dirige con palabras hirientes o se muestra agresivo (con el ego) y se le responde de la misma manera, dejamos ver que cualquiera puede controlarnos y la disputa está asegurada. Pero si en su lugar se le responde mansamente: “Disculpa, no es mi intención herirte o incomodarte”, ya estamos en condiciones de indagar desde otra perspectiva. Aquí se muestra una predisposición al diálogo y a reconocer errores e indagar si la afirmación es verdadera o no.
Comienza con empatía. A todo el mundo le gusta ser bien tratado. Hay herramientas muy útiles en comunicación eficaz, por ejemplo cuando se dialoga. ¿Realmente estamos haciendo una escucha activa?, ¿sin interrumpir, sin gestos?, ¿sin juzgamientos?, ¿o con la intención de cambiar a otros? Es importante dejar de reaccionar por todo. La falsa personalidad (la que sirve de sustento al ego: complejos, miedos, creencias erróneas etc.) debe ser pasiva para que la esencia tome el control de la mente y las emociones.
Fomenta el diálogo en tu comunicación
Busca el diálogo: “¿,Tú como lo ves?” “Yo creo”… “Yo siento”… Tenemos que decir algo negativo… ¿Lo digo o no lo digo? Sócrates decía que a todo comentario negativo había que pasarlo por las 3 bardas: lo que quieres decir ¿es bueno, ¿es verdad?, ¿es necesario? Si las tres son negativas… no lo digas.
Tampoco es necesario señalar los agregados psicológicos a los demás, sino cultivar el respeto, estimulando los valores y características positivas (puntualidad, orden, humildad, sensatez, honestidad, amabilidad, educación, cordialidad). De otra manera se crean resistencias difíciles de superar.
Para descubrirse a sí mismo es necesario cultivar la autoobservacion, para vigilar la propia conducta, en cuanto a lo que se piensa, se siente y se hace. Conductas negativas: surgen del miedo, de la ira, del deseo de venganza, de la arrogancia. Conductas positivas: surgen de la seguridad de sí mismos, de la humildad, de la alegría por el bien ajeno, y la pasividad de la falsa personalidad (imagen que uno quiere dar forzadamente de uno mismo).
Pon atención, y ten una actitud positiva
El subconsciente toma palabras para formar esquemas de ideas, programas mentales. Los pensamientos generan sentimientos. Los sentimientos y pensamientos generan conductas y comportamientos; la repetición de ellos nos crean hábitos y la suma de hábitos se transforman en el carácter, optimista o pesimista, fuerte o endeble. Por ello es importante poner atención en lo que se piensa y se dice.
Los conflictos han sido creados por pensamientos, emociones, acciones y palabras erróneas. Por eso es fundamental una actitud positiva para estimularse a sí mismo y encontrar palabras agradables, estimulantes y alentadoras hacia los demás: “Es un gusto compartir este nuevo desafío/trabajo/ puesto contigo”.
Se trata de desarrollar las emociones superiores, las que vienen del SER, de la parte más noble de las personas (humildad, sinceridad, alegría, motivación, entusiasmo, altruismo, comprensión, compasión, etc.). Cuanto mejor es nuestra comunicación, menos conflictos surgen y la sociedad en su conjunto mejora. Todo comienza por el individuo.
Walter Tosco
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